Desde hace siglos, los relojeros cortan y graban las partes del movimiento para desvelar su
corazón y aportar una nueva dimensión estética. Al esqueletizar estas piezas destacan sus
creaciones y sus innovaciones técnicas. Blancpain rinde hoy homenaje a un extenso linaje
de aventureros de la Alta Relojería con un guardatiempos único, muy técnico y de estética
refinada.
El Calibre 1333SQ de cuerda manual pertenece a una familia de movimientos
que ha hecho muchas pruebas de robustez, fiabilidad y precisión. Está dotado de un volante de
titanio, de una espiral Breguet y de 3 barriletes montados en serie para asegurar una reserva de
marcha de 8 días. Íntegramente calado y decorado, se ofrece íntegramente a las miradas a través
de los dos cristales de zafiro de la caja de 38 milímetros, de oro blanco, la que simplemente
envuelve y destaca la ligereza.
Esqueletizado, achaflanado y grabado: el relojero domina maravillosamente estos tres oficios
para ofrecer armonía y transparencia. Para calar el movimiento, el equilibrio preserva la solidez
y el buen funcionamiento del calibre. El artesano cala la materia dando a los componentes
formas de extremada finura. Se requieren varias horas de limado y achaflanado con una amplia
paleta de herramientas tradicionales para crear un resultado perfecto.
La minuciosidad de este
trabajo es más que extraordinario, debido a que las formas elegidas son
curvadas, con ángulos entrantes particularmente complejos de realizar. El grabador aporta el
acabado final con el mayor respeto a la más pura tradición relojera. Los puentes y la platina están
ornamentados con volutas para brindar un efecto armonioso con las curvas de los barriletes, de
la caja y de los puentes. Toda la superficie, hasta en sus partes más tenues, está grabada a mano.
Con este guardatiempos, Blancpain confirma su savoir-faire y la colección Villeret se enriquece
con una pieza estrella que respeta el equilibrio ideal entre esqueletización, decoración y
funcionalidad.
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