La última creación de Greubel Forsey cuenta con cuatro tourbillones que funcionan en pares independientes unidos por un diferencial esférico que facilita la sincronización y reduce la posibilidad de fallo en el cronometraje.
Suena raro, hasta es difícil de entender, pero más allá de los avances técnicos, con este reloj Robert Greubel y Stephen Forsey quieren jugar con la magia del movimiento oculto. Porque solo es visible a través del fondo abierto con cristal de zafiro de la tapa trasera. Hay un dicho que dice: "Vales más por lo que callas, que por lo que cuentas", de eso trata este reloj. Solo el propietario o portador conoce lo que lleva en la muñeca. Podían haber fabricado el reloj, con los turbillones visibles, pero no han querido hacerlo, por ello se llama "cuádruple tourbillon secreto". Puede parecer una tontería, e ir contra corriente, porque hoy en día lo que prima es mostrar todos los avances técnicos posibles, destacar. Ellos no lo han querido así con esta pieza, el placer de disfrutarlo le pertenece al portador-propietario.
El Greubel Forsey Quadruple Tourbillon Secret es una edición limitada de 16 piezas, 8 fabricadas en oro rosa y otras 8 fabricadas en platino. Si en la parte trasera podemos observar los distintos tourbillones, en la delantera, la disposición armoniosa de múltiples esferas para indicar sus funciones. La caja asimétrica (así como su cristal de zafiro abombado) presenta unas dimensiones de 43,5mm de diámetro(aunque no presenta un forma circular completamente) y 16,11mm de altura.
El movimiento cuenta con 519 componentes, de los cuales 261 están destinados a las 4 jaulas del tourbillon. Cuenta con 2 barriletes que ofrecen una reserva de marcha de hasta 50 horas (indicador entre la 1 y 3 horas), y una frecuencia de 21.600 alternancias por hora.
El reloj se acompaña de una correa de piel de cocodrilo negra cosida a mano con cierre despegable en el mismo material que la caja. En definitiva, para hablar de esta pieza, las palabras sobran. Ni desde la propia Manufactura han querido dar más detalles técnicos, solamente las pinceladas que yo comento. En Greubel Forsey, con este modelo, quieren jugar con el espectador, te vienen a decir "lo importante está detrás, pero no todos vais a poder verlo". Fijando la mirada observas una continua super-posición de curvas que pasan de la simetría a la asimetría.
Entiendo sus intenciones, pero personalmente es algo que no me termina de llamar, el reloj no me produce curiosidad. Seguramente la razón sea que yo trabajo con fotos, y no lo he visto en funcionamiento, pero a día de hoy esa es mi impresión.
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