Caja: de titanio con acabados satinados por microesferas y biseles pulidos, con un díametro de 42mm. Bisel octogonal de cerámica, satinada y pulida. Fondo con el logotipo de Buemi transferido. Hermética hasta los 100 metros.
Movimiento: mecánico automático cronógrafo 3126/3840 de Audemars Piguet. Formado por 365 componentes, 59 rubíes, con una frecuencia de 21.600 alternancias por hora y una reserva de marcha de aproximadamente 60 horas.
Platina perlada y côtes de Genève sobre los puentes realizadas a mano,
molduras de las piedras diamantadas, brazos de las ruedas achaflanados,
contorno y hendidura de las cabezas de los tornillos achaflanados, masa
oscilante bidireccional de oro de 22 quilates decorada con los escudos
de armas de las familias Audemars y Piguet
Brazalete: caucho negro con hebilla de hebijón de titanio.
Tres preguntas a Sébastien Buemi
¿Cómo nació la idea de realizar este Royal Oak Offshore Sébastien Buemi?
Justo
antes de empezar mi primera temporada con la Escudería Toro Rosso, tuve
la suerte de integrarme en el equipo de Audemars Piguet como embajador;
entonces, la posibilidad de tener un día un reloj que llevara mi nombre
me parecía extravagante. En mi mente, sólo los grandes pilotos como
Jarno Trulli, Juan Pablo Montoya o Rubens Barrichello habían tenido este
privilegio excepcional.
Al conversar con los ingenieros de
Audemars Piguet y con Octavio García, el director artístico, la idea de
realizar un Royal Oak Offshore con mi nombre empezó a materializarse
poco a poco. El día que fui a la Manufactura y tuve la oportunidad de
ver trabajar a los relojeros en los primeros ejemplares de mi reloj,
estaba tremendamente emocionado… Pude descubrirlo en piezas sueltas, la
esfera, el brazalete, el movimiento e incluso pude ver cada una de las
etapas necesarias para el ensamblado del cronógrafo y, sobre todo, pude
llevar por primera vez un ejemplar de mi reloj. ¡En ese momento me sentí
muy orgulloso!
¿Qué papel desempeñó usted en la concepción de este nuevo Royal Oak Offshore?
Desde
2010, con mucha frecuencia intercambié ideas y compartí mis
sentimientos con los relojeros e ingenieros de Audemars Piguet, tanto a
nivel de las formas y de los colores como de los materiales empleados
para la concepción del reloj. Esto tomó bastante tiempo, pero me siento
muy orgulloso del resultado. Además, sólo tengo 23 años, soy muy joven.
Deseaba un reloj semejante a mí y a mi imagen: la justa medida entre la
elevadísima tecnicidad del deporte automovilístico que debía encontrarse
en filigrana en el reloj y la simplicidad que es, creo yo, el símbolo
de mi personalidad; lo que generó la abundante presencia de materiales
empleados en el deporte automovilístico, como la cerámica y el titanio.
Su apariencia me gusta mucho: es técnico y tiene mucha clase. Se parece a
mí.
¿Qué vínculos pueden mantener un joven piloto
automovilístico como usted y una manufactura relojera más que
centenaria, la más antigua del mundo que aún hoy sigue en manos de las
familias fundadoras?
Cuando tenía 8 años, cuando gané el
campeonato suizo de karting, mi padre me preguntó qué regalo me gustaría
recibir. Y aunque usted no lo crea, ¡le contesté que quería un reloj!
Como usted sabe, existen grandes similitudes entre el mundo del deporte
automovilístico y el universo de la Alta Relojería. Naturalmente, aquí
hablamos de lo mejor de cada universo, y al igual que en una escudería
automovilística de muy alto nivel, encuentro en Audemars Piguet el mismo
espíritu de equipo, el mismo gusto por el detalle, la misma búsqueda de
la perfección y de las más elevadas prestaciones técnicas. También me
gustaría añadir que Audemars Piguet es una marca de lujo exclusiva y
familiar, lo que tiene un gran valor para mí: me gusta el excepcional
espíritu de familia que anima a los equipos de Audemars Piguet. Por
último, además de sus cualidades técnicas intrínsecas indiscutibles, el
Royal Oak Offshore posee un estilo claramente único, con frecuencia
imitado pero jamás igualado…
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